La ansiedad en la literatura contemporánea
Historias curiosas y sorprendentes se entrelazan en “Antídotos contra la ansiedad” (Ediciones Godot), del autor Federico Lorenz. Este libro mezcla ensayo y crónica, abriendo un nuevo camino en la literatura autobiográfica. Lorenz, que cuenta con más de treinta libros en su haber, abarca desde novelas hasta biografías y relatos históricos, incluyendo estudios sobre las Malvinas. Tuvimos una charla con él.
¿Por qué un título de autoayuda para una obra autobiográfica?
“Antídotos contra la ansiedad” nació de una relectura que hice para su publicación y de conversaciones con mis editores. Me di cuenta de que recorría libros que había leído, datos que había conocido y momentos que viví. Es, en cierto modo, un recordatorio de lo que me ha traído hasta aquí, con una perspectiva particular. En tiempos tan inciertos y cambiantes, espero que sirva como un amplio contexto para los lectores, sumando diferentes miradas.
¿Cómo surge la idea de las notas variadas por fechas?
Todo comenzó por la sugerencia de un amigo que vive en Suecia. Teníamos el hábito de comentar sobre actualidad y libros. En una de nuestras charlas, mencionó al escritor sueco Sven Lindqvist, cuyo trabajo aún no estaba traducido al español. Me habló de su libro “Las estrellas en el cielo subterráneo”, donde realiza un diario cultural. Eso me inspiró a seguir esa fórmula, reflejando mis propias pasiones y obsesiones.
¿Es “Antídotos contra la ansiedad” un recorrido por sus lecturas?
Sí, pero de una manera arbitraria y personalizada. Es un viaje a través de las lecturas que, por diversas razones, marcó mi vida. Se podría considerar como una autobiografía intelectual, aunque siempre provisional, como todas las biografías.
¿Por qué eligió un orden cronológico, aunque arbitrario, que recuerda a las “historias de almanaque” de Brecht?
Sigo el orden de los días y meses, pero no el de los años. Quería que el lector pudiera elegir cómo leer el libro: de corrido, saltando entre días o asomándose a una fecha específica. La idea es que cada página ofrezca una nueva reflexión.
¿Buscó trasladar los “Aunque usted no lo crea” de Ripley a la literatura?
Aunque tengo recuerdos de la obra de Ripley desde mi infancia, no era mi intención. Sin embargo, mi libro tiene momentos curiosos y sorprendentes. Gracias a mi experiencia como historiador, escritor de ficción e investigador, los temas surgen naturalmente. El formato se parece a un diario personal, pero no exactamente, y permite ese juego de curiosidades.
Hay escritores que aparecen con frecuencia en su obra.
Así es, mientras que algunos se mencionan de pasada, otros como Dickens, Mark Twain y Robert Graves son recurrentes, ya que jugaron un papel importante en mi formación.
¿Sobre las contradicciones, por qué resalta a George Orwell?
Todos, en algún momento, mostramos contradicciones. Orwell no es la excepción. Graves, a quien admiro, también tenía sus complejidades. Aunque era elitista en algunos aspectos, valoraba profundamente la amistad y la diversidad entre las personas. Estaba abierto a conversar con quienes discrepaban de su visión, lo que me hizo reflexionar sobre nuestra forma de entender las relaciones.
¿Por qué solo menciona las Malvinas en pocas ocasiones?
Solo aparecen tres historias. Una sobre un naufragio del siglo XIX, otra sobre un bar en la posguerra y una más sobre la experiencia de los isleños. Podría haber incluido más, ya que es un tema que me atraviesa profundamente.
¿Lo histórico le impactó tanto como lo literario?
Me gusta pensar que soy historiador por mi amor por la literatura. Intento encontrar un equilibrio entre ambas disciplinas. En “Antídotos” hay historias sobre escritores, como Saramago, y sobre historiadores, como el francés Marc Bloch, miembro de la Resistencia. Lo autobiográfico también intenta conectar lo leído y aprendido con el paso por el mundo.
¿En qué está trabajando ahora?
Estoy terminando un libro de cuentos para niños sobre las Malvinas y comenzando una novela que sigue a un profesor que está por jubilarse. Aunque tiene elementos autorreferenciales, no es autobiográfica.